El presidente Federico Felippa, el secretario Sergio Bustos, el tesorero Franco Panzolato y la kinesióloga Camila Basualdo Bustos de Atenas de Río Cuarto están siendo investigados por la justicia de Córdoba porque estarían involucrados en una defraudación a la Lotería provincial porque habrían apostado en contra de su propio club. El partido en cuestión fue ante Juventud Unida Universitario de San Luís por la Ida de la Primera Fase de la Reválida del Torneo Federal A”. Dicho encuentro fue desarrollado el 29 de setiembre, cuando Atenas perdió por 3 a 0. Los involucrados habrían obtenido una ganancia cercana a los cuatro millones de pesos. El presidente Felippa junto a otros dirigentes está en carácter de demorado en la sede de la ex Unidad Regional N° 9.
La justicia ya secuestró teléfonos celulares y computadoras de los domicilios particulares del presidente, su hijo y de los demás directivos de la institución deportiva para ser peritados por el área científica de Policía Judicial. Se realizaron un total de seis allanamientos. La denuncia del caso fue presentada por Lotería de Córdoba, luego de detectar apuestas sospechosas con siete cuentas nuevas que habían sido creadas para apostar cifras exorbitantes en contra de Atenas de Río Cuarto. En el analisis se determinarán si ademas de apostar por un triunfo del equipo puntano, se realizaron apuestas sobre la cantidad de goles en la primera media hora y tarjetas amarillas. Esto se baraja después de analizar el partido ya que un jugador se metió dos goles en contra y cometió una mano dentro del área, que el árbitro no cobró. El jugador de origen brasileño, Uirá Oliveira Marqués ya no está en la ciudad de
Río Cuarto.
Lotería de Córdoba presentó un escrito a la Fiscalía de Cibercrimen en el que expone que existió “un llamativo comportamiento en las plataformas de juego online por parte de determinadas personas, en un momento específico y ante un evento deportivo puntual”. Por este hecho el presidente de Atenas fue llevado a la sede de la Departamental Río Cuarto para proceder a la toma de huellas dactilares, para pintarles los dedos como se dice vulgarmente, en un procedimiento de identificación necesario para el comienzo de las actuaciones judiciales.