En los próximos días el uruguayo, ex River Plate e Independiente de Avellaneda, Antonio Alzamendi hará en su pueblo natal la presentación de su libro que lleva como titulo “Reencuentro con mi historia”. Después lo presentará en Montevideo y en los primeros meses del año que viene en Buenos Aires. El ex goleador de la selección uruguaya en una extensa charla habló de su libro, de la relación con sus ex compañeros del River campeón del 86, de los problemas que sufren los jugadores con los abultados ingresos económicos y la formación de los jugadores y el cruel descarte de los chicos que no llegan a Primera División. Esa situación la calificó de suciedad en el fútbol.
“El Libro se llama Reencuentro con mi historia, fue escrito por una prima hermana que es escritora, Brenda Alzamendi. Tiene un toque femenino, que no lo tienen otros libros, que son hechos por escritores. Se trata de mi vida desde que nací en mi pueblo. Hablo mucho de mi pueblo, de mi barrio, de lo que me llevó a estar en un lugar tan privilegiado que muy pocos lo pueden lograr y del sacrificio que uno hizo gustosamente” describió el ex goleador de Independiente, River y la Selección uruguaya, que en la actualidad vive en Cardona, departamento Soriano, donde tiene su propio negocio de canchas de fútbol 5 y un salón de fiestas.
“En el escrito cuento de River y de todos los equipos donde estuve. También algunas anécdotas. Tengo el apoyo de Hugo Santilli, que me escribió un prólogo muy lindo, y de gente que uno encontró en el camino como compañeros y periodistas que están incluidos en el libro que es de 189 páginas con fotos a color y blanco y negro de la época. La idea era volcar algo de mi vida, que sea leíble, cómodo en la página que el lector abra y que los jóvenes, quizás puedan aprovechar algo de un jugador más que tiene una historia muy parecida a muchos. Me encantó poder escribirla, ahora vamos a ver que resultados tenemos” narró el uruguayo, que va a presentar su libro en su pueblo natal, Durazno, el 8 de noviembre y que después lo hará en Montevideo (22 de noviembre) y en los primeros meses del año que viene en algún lugar de Buenos Aires.
“Con el Negro Pumpido hemos armado un grupo del River del 86 y salvo los que hoy no están en tierra, los demás estamos todos. Tuvimos un gran dolor con la partida del Negrito Palma, que también pertenecía a nuestro grupo y era un jugador sensacional. Se nos fue Funes, Gómez. Nos apoyamos entre todos y continuamente estamos hablando. Nos juntábamos una vez al año, esto de la pandemia nos tuvo un poco alejados. Ahora Ruggeri está con su programa, Pumpido con su trabajo, el Negro Enrique viaja a Estados Unidos a ver a su hijo y se complica un poco volver a reunirnos. También tiene que ver la edad de cada uno, algunos están más jodidos, otros más enteros. Además cada uno tiene su compromiso y la parte económica tiene su incidencia porque nuestra época no fue la misma que la de ahora. A algunos les cuesta bastante moverse. Todavía tienen que trabajar” dijo de sus ex compañeros, quienes son un factor importante en la difusión del libro porque “ya los estoy asesinando a todos, les digo o lo promueven o los quemo a todos. Hago otro libro y empiezo a contar cosas, y todos se ríen” admitió añadiendo que “también tengo un grupo con los de Independiente, con Beto, Larrosa, Galván, entre otros. Además soy muy amigo de Ariel Krasouski y el Manteca Martínez, que jugaban en Boca” aseveró al recordar que “el fútbol me dio amigos de todos los equipos y muchos de los que hoy no están jugando, nos hablamos, inclusive con aquellos que no tuvimos una relación tan intensa”.
Luego de referirse sobre la relación con sus ex compañeros no dejó de lado las diferencias entre su época de jugador y la actual. “Antes los contratos eran diferentes. Tenías que tener un nivel muy bueno para poder llegar a comprar un departamento. En mi caso tuve que jugar 14 años para poder marcar una pequeña diferencia económica. Ahora un jugador hace siete goles y su valor en semanas crece en millones de dólares” remarcó sobre la realidad de la economía de los jugadores, que los lleva en muchas ocasiones a cometer errores. El no fue la excepción, en ese sentido fue sincero en expresar que “problemas tuve, lamentablemente antes también existían personas que estaban a tu lado para aprovechar tus ingresos. En algunos negocios me fue mal. No tuve un asesoramiento para invertir bien todo lo que ganaba, el fallecimiento de mi viejo fue un duro golpe. Era la persona que me encaminaba. Cuando uno juega en el momento no se da cuenta que tiene que hacer, por ejemplo en el primer momento compras un auto cuando en realidad es mejor comprar una casa. Cambias de auto porque querés tener el más nuevo cuando un auto te sobra para estar tranquilo. Todas esas cosas uno va haciendo sin tener el conocimiento de vivir una vida humilde. Yo no estaba acostumbrado a manejar cierto dinero”.
“Ahora sigo trabajando, lo hago con mi esposa. Muchos jugadores de mi edad estamos en eso; con un trabajo y algún negocio. Son muy pocos los que están luchando en el día a día. Así es la vida. A veces te preguntan que hiciste con tu dinero, uno no tiene que explicarles a nadie porque son cosas personales. Uno se queda pensando porque te pregunta eso si uno no le pidió nada a nadie. Creo que a nadie le debe importar porque el jugador ganó dinero con sus piernas y las perdió con sus problemas” indicó con la seguridad que antes tenía cuando se le presentaba la oportunidad de definir frente a los arqueros.
Antonio Alzamendi Casas considerado una leyenda de River Plate porque marcó el gol que le dio al club el único título de la Copa Intercontinental en 1986 tiene ganas de volver a entrar en el fútbol, aun cuando está tranquilo con su esposa, sus cuatros hijos, siete nietos, un bisnieto y sus dos perros. El siempre dice “la verdad que estoy disfrutando, pero siempre con el fútbol que es lo que me apasiona”. Quizás por esa pasión analiza permanentemente la actualidad del fútbol y sus consecuencias en la formación de los jugadores. “Ese tema como la de entrenador no están en este libro, me gustaría hacerlo en otra oportunidad con temas que a uno le pasa en la vida y que a los jóvenes les puede ser util porque ganan tanto dinero que no saben lo que hacen. La plata se la agarra cualquiera. No pueden ordenar sus vidas porque no están asesorados. Yo tuve la suerte de poder ayudar a mi hermano y creo que lo hice porque vinimos preparados de otro tipo de formación de familia, que en este tiempo se ha perdido mucho. En la actualidad se le hecha mucho la culpa a los jóvenes y creo que culpables somos todos, tanto de la droga como del alcoholismo. Personalmente estoy ayudando a jóvenes y viendo que posibilidades existen para ayudarlos a salir de esos flagelos. Nadie les tiende una mano a esas personas que están enfermas. Este tema lo hablé a nivel político, inclusive me reuní con el vicepresidente de la república porque en tiempo de elecciones te ofrecen el oro y el moro, pero nunca hacen nada con la salud mental, que es un problema serio que está arruinando a la sociedad. La formación en la casa ya no es fuerte, no es la que tuve yo con mi madre presente en mi casa. Hoy las mujeres tienen que salir a la calle a trabajar y los hijos no se pueden cuidar de la mejor manera” aseguró preocupado por esta realidad.
“Todos piensan que el fútbol te va a salvar, pero no es así. A parte de jugar los chicos tienen que estudiar porque no están corriendo veinte horas, son apenas cuatro horas y tienen el resto del tiempo para estudiar. Los entrenadores como los clubes tienen que preocuparse en formar chicos mentalmente con calidad y jugadores con proyectos y firmeza en la vida. Hoy sino servís en el fútbol no sos útil para nada porque los clubes llevan a los chicos un año o tres años, los utilizan y después los dejan tirados sino le llegan a sacar un redito importante. Se llevan todo y les importan un bledo lo que le sucede a los chicos. Están llevando desde el interior a Buenos Aires o Montevideo a chicos de 12 años que recién están aprendiendo a vivir. Todo eso me molesta como toda la suciedad que a veces hay adentro del fútbol. Por ejemplo la carnicería y la crueldad del trato con los chicos que no llegan, no se fijan en el ser humano, en la persona y en el jugador. Lo terminan destruyendo porque los empresarios se llevan un chico y en dos años te dicen que no anduvo. Te devuelven un chico fracasado, lleno de frustraciones” concluyó. Fotografías: Revista El Gráfico y gettyimages