El entrenador argentino, Carlos Bustos, en el camino de su vida tuvo sus inicios en Córdoba, primero como jugador, luego como técnico. La consagración llegó lejos de su tierra, primero en México y ahora en Perú, esta última temporada fue campeón de la Liga 1 con Alianza Lima, el club más grande del país incaico.
El cordobés Carlos Bustos es un privilegiado de la vida, transita un presente inmejorable y como pocas familias, tiene ligado al fútbol a sus hermanos, uno de ellos el exitoso técnico del Barcelona de Guayaquil, Ecuador, Fabián Bustos, y el más pequeño que se encuentra en la parte administrativa, de Belgrano de Córdoba. Quizás por eso sostiene que “el fútbol en mi vida fue un camino y fue gracias al apoyo que tuvimos por parte de mis padres (su madre vive en la ciudad de Córdoba y su padre partió hace tres años a la vida celestial)”.
La palabra privilegio es muy fuerte en el fútbol y en la vida porque no todos viven de lo que aman, por ello Carlos al referirse a ese término expone que “en primer lugar agradezco a Dios por tener trabajo en el fútbol, en segundo lugar, poder hacerlo bien. Soy un agradecido al fútbol y a toda la gente que me ha podido ayudar a lo largo de mi carrera. Ser profesional en el futbol desde los 19 años y permanecer en el ambiente no es fácil, por supuesto que considero que ha sido un privilegio para mí”. Afirmó además que “el fútbol me ha regalado muchísimos momentos muy importantes y mi familia me ha acompañado siempre. Estamos agradecidos de estar en sitios importantes” y no es para menos ya que en el 2.021 el cordobés levantó el título número 24 de Alianza Lima en la Liga1 de Perú.
En la conducción técnica de Alianza Lima Carlos Bustos es la cabeza de un grupo que está conformado por “gente que está involucrada en que las cosas salgan bien. Me acompañan Héctor Islas y José Albornoz como auxiliares técnicos y Federico Zurbriggen como preparador físico, además de Guillermo Salas, un auxiliar que estuvo muchísimo tiempo en el club, un segundo preparador físico que es Jorge Oré y el entrenador de arqueros Carlos Ramírez. Un club como Alianza tiene mucha gente que acompaña desde otras funciones como el Jefe de Equipo Rafo Vidal, el psicólogo deportivo Luciano Scerpella. Todos hacen el esfuerzo para que el equipo tenga todas las armas para competir en un alto nivel”.
Ya en Navidad, antes de pedir por una nueva exitosa temporada, recordó que el 2.021 vivió “una alegría enorme con el título de campeón nacional de Perú y con muchos objetivos cumplidos; la clasificación a la Copa Libertadores, luego a la fase de grupos del certamen continental, además de ganar la Fase 2 de la Liga1”, logros que fueron el desenlace de muchos esfuerzos que no hacen olvidar que tuvieron “un año complicado, ya que comenzamos en una situación compleja y cambiante”, refiriéndose al inicio de temporada cuando estaban preparados para la Liga2 y de repente tuvieron que competir con ese
mismo plantel en la Liga1.
Cabe recordar que Alianza Lima había descendido, pero con un reclamo al TAS, que determinó que el club continúe en la Liga1. Entonces tuvieron que afrontar varias fechas desarrolladas con la presión de conseguir resultados. “Logramos buenos resultados, inclusive en toda la temporada nos tocó perder dos partidos oficiales de la Liga1 y la eliminación de la Copa Bicentenario. Hicimos una Fase 1 muy buena, más teniendo en cuenta que no hicimos pretemporada. En la Fase 2 el equipo logró posicionarse y conseguimos ganarla, luego pudimos salir campeones en la final de la temporada ganando a un rival muy difícil que siempre juega bien como Sporting Cristal” indicó el técnico argentino.
Y los resultados se obtuvieron porque “el equipo asimiló muy bien esa situación. Se pudo ejecutar las ideas en el campo de juego y terminamos con la consagración como el mejor equipo de la temporada” puntualizó el entrenador argentino.
Sobre las presiones existentes Bustos explicó que “no fue extraña esa cuestión porque sabemos que en los equipos grandes se viven esas situaciones debido a que muchísima gente está pendiente del día a día. Al estar en la conducción del equipo más importante de Perú se debe saber que se vive de esa manera, es cuando se debe tener tranquilidad necesaria para estar enfocado en las ideas que se transmiten al equipo para que las
mismas se puedan ejecutar en los partidos”.
El técnico de Alianza Lima para poder perseverar en una idea de juego contaba con la experiencia de haber trabajado en años anteriores en otros equipos de Perú, cuando tuvo buenos resultados, los que fueron determinantes en la elección de su cargo porque la dirigencia Aliancista sabía que estaba ante la presencia de un entrenador que tenía respaldo. “Este fue mi cuarto año en Perú. Tuvimos la posibilidad de estar en proyectos diferentes. Dos años muy buenos en la Universidad de San Martín con el posicionamiento de jugadores jóvenes, y una institución importante como Melgar”.
Y consagrarse campeón, fue la primera vez en Perú, es una situación que ya ha vivido en su carrera; “con Monarcas Morelia en México, campeón de la Copa MX, y con Dorados de Sinaloa, hemos ganado el Clausura del ascenso mexicano y el ascenso a Primera División”. Palmares que pueden compararse con el título de campeón de Alianza Lima.
Para el 2.022 tendrá renovados desafíos, “en primer lugar la Copa Libertadores, luego la Supercopa, la Copa Bicentenario y los torneos de la Liga1”, para dichas competencias necesita un plantel largo, en el caso de Alianza “vamos a mantener una base muy importante del plantel que le dieron a Alianza Lima el título de campeón, seguramente se sumaran varios refuerzos (ya están Christian Ramos, Piero Vivanco, Franco Zanelatto y
Pablo Lavandeira) para seguir creciendo, la institución así lo requiere porque tenemos muchos compromisos”.
Dirigir en Argentina es una cuenta pendiente porque “estuve muy poco tiempo dirigiendo en mi país. Estuve en gran parte de la etapa de jugador, luego un poco tiempo en un proceso de gerenciamiento dirigiendo en Universitario y Belgrano de Córdoba, en el Argentino B con Sportivo Belgrano, también dirigí en divisiones inferiores en Talleres de Córdoba, donde fui técnico en forma interina de la Primera División y fue cumplir un sueño porque es el club del cual soy hincha. El tiempo dirá si alguna vez tenemos la posibilidad de dirigir en la Argentina, que será un gran desafío”.
Desde el 2009 está radicado en Morelia, México, con su esposa y sus tres hijas, una de ellas contrajo matrimonio en Chicago, Estados Unidos, después del título de campeón logrado con Alianza Lima. Carlos Bustos sigue manteniendo la humildad, un valor incalculable en cualquier ser humano.