San Antonio de Belén de Catamarca que juega en la Zona 4 de la Región Centro del Torneo Regional Amateurs 2.022/23 en su arco tiene al kinesiólogo Gonzalo Figueroa de 42 años de edad que comenzó a jugar en el 2.016. Fue la figura en la final del Torneo de la Liga Belenista de Fútbol, cuando atajó tres de cuatro penales frente a San Martín. Es hermano de Julio Figueroa, que en su momento fue psicólogo deportivo del Wolverhampton de Inglaterra. Gonzalo toda su vida jugó al basquetbol y llegó a jugar de arquero casi por casualidad en el fútbol de veteranos.
Por este momento que está viviendo, Gonzalo Figueroa es muy solicitado por los medios y felicitado por los amigos y quienes lo conocen porque su realidad es el resultado de la continuidad en el deporte y la muestra de que en la vida nada está determinado. Cuando le piden que narre el camino que llevó a debutar a los 36 años de edad en una competencia federada, explica que “estuve dedicado toda la vida al basquetbol y cuando me recibí regresé a Belén, fue cuando observé que ya no era competitivo en esa disciplina ni tenía esa adrenalina a diario para poder competir. Entonces me dediqué al fútbol jugando de centro delantero o en la posición que hiciera falta en el torneo de Veteranos”.
Y un día, para Semifinales de la Liga de Veteranos, faltó el arquero, “fue cuando ocupé esa posición que siempre me ha gustado” dijo con seguridad y emocionado al recordar que “ese día gané entre dos o tres mano a mano y atajé un penal, tuve una buena actuación, que creo que se dio porque el haber jugado al basquetbol me sirvió para saltar y tener seguridad para agarrar la pelota en la altura, además de reflejos”. al basquetbol jugó en Córdoba, donde estudió en la Universidad Nacional; pasó por distintos clubes, entre ellos Matienzo, Unión Eléctrica, Hindú y Atenas.
La invitación para jugar en Primera División en la Liga local no tardó en llegar, pero para ello como toda persona que se ha formado académicamente “comencé a interiorizarme en el tema porque cuando caía lo hacía como una bolsa de papa y me dolía todo el cuerpo. Un ex arquero, Juan Mirabal, me ayudó mucho. Me enseñó como caer y donde pararme. Con el tiempo fuimos puliendo algunos detalles para mejorar en el arco, en ese aspecto también me ayudaron otros arqueros como Julio Velarde y Pablo Quinteros. Después me di cuenta que el ser arquero me gustaba muchísimo y por ello profundicé el aprendizaje estudiando. Le pedí a mi hermano que era psicólogo especialista en alto rendimiento en el Wolverhampton de Premier de Inglaterra que me enviara algo sobre arqueros y me envió con lo que entrenaba Rui Patricio (arquero de la Selección de Portugal)”.
Comenzó en el Club Arenal, su primer club y al cual está agradecido porque “fue quién me abrió las puertas” indicó. Después pasó a Tiro Federal de Belén, regresó a Arenal y en esta temporada firmó para San Antonio, donde “hicimos una campaña bárbara, hasta logramos el título de campeón alcanzando un premio de 3,5 millones de pesos para obras en el club, que es una institución de barrio y tiene muchas necesidades”. En San Antonio vivió su momento culmine cuando en etapa de definiciones fue la figura sobresaliente al atajar tres penales en la final ante San Martín. “Este año se me cumplió todo; jugar los clásicos frente a Racing de las 250 viviendas, ganarlos en la Fase Regular y en una etapa decisiva como la Semifinal, cuando al atajar dos penales nos posibilitó llegar a la final, donde se alcanzó el título de campeón después de atajar tres penales (le atajó a Gastón Álvarez, Ayrton López y Guillermo Gómez)”.
Una vida llena de satisfacciones tanto para el como la institución deportiva porque no cobra por jugar, al respecto especificó que “gracias a Dios estoy trabajando muy bien con mi profesión (con un hermano tiene un Centro de Kinesiología), entonces la Comisión Directiva de San Antonio no tiene que estar gastando en mí. Es preferible que le den a un compañero que necesite”.