El pasado viernes 16 de octubre Robinho, seis días después de firmar para el Santos de Brasil, se desvinculó de la institución deportiva por una condena a nueve años de prisión por violencia sexual contra una joven de origen albanés, de 23 años, dictaminado por un tribunal italiano que lo encontró culpable junto a su amigo Ricardo Falco. El hecho ocurrió el 22 de enero del 2.013 en un guadaropas de una discoteca de la ciudad de Lombarda de Italia cuando estaba jugando para el Milán y la pena fue impuesta en el año 2.017.
No cumplió la condena porque se fue a jugar a China y luego a Turquía. Su regreso al Santos provocó una rápida reacción de los sponsors del club brasileño, algunos de ellos optaron por el alejamiento, mientras que otros amenazaron con hacerlo si el club no disolvía el contrato con Robson de Souza, conocido en el ambiente deportivo como Robinho, que en la actualidad tiene 36 años y por esa razón está al borde del retiro del fútbol profesional.
La violación a la joven lo hizo en compañía de otros cinco hombres brasileños y este hecho no fue el primero porque el futbolista ya había sido acusado de violencia sexual en otra oportunidad; en enero de 2009, recién llegado al Manchester City, el delantero brasileño ya fue investigado por una presunta agresión sexual en un club nocturno en Leeds. Fue interrogado por la policía de West Yorkshire y quedó en libertad bajo fianza, después de negar las acusaciones.
De los otros cinco hombres, solo un amigo de Robinho fue condenado a 9 años de prisión, mientras que el proceso contra los otros cuatro sujetos ha quedado suspendido al no conocerse su identidad y paradero. Los seis hombres “abusaron de las condiciones de inferioridad psíquica y física de la persona agredida, que había tomado sustancias alcohólicas, con el agravante de haberle dado de beber hasta que quedó inconsciente y fue incapaz de oponerse”.
Robihno, que por resolución judicial está obligado a indemnizar a la víctima con 60.000 euros, tiene ahora la posibilidad de apelar ante dos instancias más y, según confirmó una fuente legal a Reuters, Italia no pedirá la extradición del futbolista hasta que agote las vías de recurso.