La felicidad que dos ruedas dan a Richard Carapaz es difícil de explicar con palabras, pero él sabe demostrarlo con triunfos. El ecuatoriano, ganador del Giro de Italia en 2019, es el nuevo campeón Olímpico de ciclismo en ruta de Tokio 2020.
De dónde es Richard Carapaz
Richard Antonio Carapaz Montenegro nació el 29 de mayo de 1993, en El Carmelo, Cantón Tulcán, provincia de Carchi, Ecuador.
Hijo de Antonio Carapaz y Ana Montenegro, se crió en el campo, donde empezó a andar en bicicleta.
Tras sufrir el robo de su primera bici, el pequeño Richard volvió a pedalear luego de que su padre llegara a casa con un cargamento de chatarra en el que encontró una bicicleta de BMX. Estaba en mal estado, oxidada, sin asiento ni ruedas, pero le bastó para retomar un camino que lo llevaría a lo más alto del ciclismo mundial.
“Yo únicamente sabía que la bicicleta era un medio de transporte y para hacer feliz a un niño”, ha dicho en un cortometraje realizado por el equipo Ineos Grenadiers.
En sus inicios, el atleta utilizaba la bicicleta para desplazarse a todas partes: ir al colegio, hacer las diligencias de la familia, salir a pasear, divertirse.
“Mi bici era especial porque nadie tenía. Tenía amigos aquí en el pueblo y ellos todos tenían sus bicis con ruedas, y yo una sin ruedas. Yo tenía más aspiraciones en la vida”, comentó a Movistar EC.
“Dije: ‘Ahora sí, tengo que comerme el mundo con la bici’. Voy a darle hasta que se desgaste el pavimento”, añadió.
Y así ha hecho: Richard Carapaz ha ganado el oro Olímpico de ciclismo en ruta en los Juegos de Tokio 2020.
Un sueño compartido
A kilómetros recorridos en el campo transcurrió la vida del joven Carapaz sobre las dos ruedas, hasta que a los 15 años se cruzó con el exciclista Juan Carlos Rosero, su mentor.
Rosero, fallecido en 2013, le invitó a formar parte de su escuela y allí tuvo sus primeras experiencias competitivas.
“Me mostró el mundo de la bici. Un sueño que siempre teníamos con él era ser campeones panamericanos y que teníamos que correr un Giro de Italia, que teníamos que ir a dejar un nombre escrito. Ese era un sueño que teníamos y sobre todo él confiaba mucho, y veía el potencial que yo tenía. Claro, que yo todavía no me daba cuenta de lo que era capaz de hacer”, agregó en el cortometraje.
“Yo continué con las enseñanzas que él me dejó y al año siguiente pude ir a mi primer Campeonato Panamericano y lo gané”.
Un pionero de grandes conquistas
Carapaz ha llevado al ciclismo de Ecuador a instancias históricas.
En 2016 dio el salto a Europa, donde su primer gran triunfo fue en la Vuelta a Navarra, en España. Era la primera victoria ecuatoriana en el ‘Viejo Continente’, a la que sumaría otros laureles.
Al año siguiente fue el primer ciclista de su país en tomar parte de una gran vuelta, al participar en la Vuelta a España con el Movistar Team.
En el Giro de 2018 demostró sus condiciones ganando una etapa y quedando cuarto en la general, advirtiendo que estaba para lograr cosas importantes en las vueltas más grandes. Y así hizo: al año siguiente, se proclamó campeón del Giro de Italia.
“Creo que soy afortunado de poder escribir el nombre en una de las más importantes del mundo”, sostuvo ante los medios luego de la victoria.
Era además la primera vez que subía al podio en una grande, a la que luego ha sumado el segundo puesto en la Vuelta a España de 2020 y el tercero en el Tour de Francia de 2021.
Y sólo una semana después de subir al podio de los Campos Elíseos, ha ganado el oro en Tokio 2020. La tercera medalla Olímpica para un deportista de Ecuador en la historia después de las dos que logró Jefferson Pérez en 20 km marcha (oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008).
La mayor adversidad
La ‘Locomotora de Carchi’ también ha tenido que pasar momentos duros, incluso poniendo en peligro su carrera sobre las dos ruedas.
En abril de 2014, cuando se preparaba para defender su título panamericano sub 23, fue impactado por un automóvil. En el accidente, sufrió lesiones en su pierna y perdió el conocimiento.
En un primer momento le habían dicho que volvería a montar en un mes y medio, pero otros especialistas llegaron a considerar que el daño en el tejido muscular le impediría continuar.
“Le dijeron que no volvería al ciclismo, pero Richard mostró su voluntad para recuperarse”, ha recordado su esposa Tania Rosero a El Comercio.
Una inspiración
Sus victorias han inspirado a todo Ecuador, país del que es oriundo y que ha sabido demostrar su cariño y agradecimiento hacia el ciclista.
Entre los varios homenajes y reconocimientos, sus amigos han pintado una ruta en su pueblo natal con el dibujo de una locomotora y los trajes de los colores que ha vestido.
“Yo soy feliz cuando monto en bici. Y aparte de los sueños que he tenido, que he conseguido con la bici, ha venido como añadidura muchas cosas, el dinero, la fama, el ser influyente en tu país. Cuando era niño ni se me pasaba por la cabeza. Nunca busqué que me reconocieran por los títulos o por el dinero que tenga. Yo hago bici porque a mí me encanta”, ha explicado a Ineos.