La brasileña Beatriz Haddad Maia, N°13 del mundo, la mejor tenista actualmente de América Latina, quedó eliminada del Grand Slam de Wimbledon porque abandonó por una problema físico en la parte baja de la espalda. Fue en la jornada del lunes cuando disputaba el primer set de los Octavos de Final frente a la Kazaja Elena Rybakina, N°3 del ranking de la WTA (la última campeona de Wimbledon) y perdía por 4-1. Obviamente que nadie esperaba este final.
Repasando su carrera se llegó a conocer que en una oportunidad la brasileña es sonámbula y una noche se cayó de la cama, sufrió un fuerte golpe y se fracturó tres vértebras de la espalda. A esas fracturas se le debe sumar que en la misma zona tiene tres hernias discales y una vieja lesión por dislocación de uno de sus hombros. Las fracturas en las vértebras en su momento no dejaron secuelas visibles, pero ahora los fuertes dolores en la espalda son intensos, le impiden el normal desplazamiento en el rectángulo de juego, inclusive imposibilitan cualquier otro esfuerzo como los saques o golpes con la raqueta.
Algo que parecía formar parte de un mal recuerdo, como la suspensión durante 10 meses porque le detectaron una sustancia prohibida en un control antidopaje (2.019), regresaron a su cuerpo y provocan incertidumbre porque aun no se sabe cuánto tiempo estará fuera de las canchas. Haddad Maia, de origen libanés y padres deportistas (su madre da clases de tenis en un colegio paulista a niños de 4 a 12 años de edad), seguramente se refugiará en San Pablo hasta encontrar la recuperación total.