Ganó a Gimnasia de Jujuy por una buena diferencia de gol. Fue un triunfo por goleada como para soñar con el ascenso directo, pero son ocho los puntos que los separan con el primer puesto, con Belgrano de Córdoba, que ya tiene un pie y medio en Primera División. Los números marcan que el Pirata cordobés aun ganando el lunes no podrá dar la vuelta porque matemáticamente existe la posibilidad de que sus rivales, Instituto y San Martín de Tucumán, pueden alcanzarlo. Son ocho puntos de ventaja cuando faltan doce en juego, pero en líneas generales futbolísticamente Belgrano durante la temporada hizo los méritos necesarios para lograr el ascenso en base a resultados, los que se consiguieron por mantener a rajatabla un libreto de juego.
Instituto insinúa muchísimo, pero no concreta todo lo que genera. Esta vez ganó por cuatro a cero porque aprovechó todas las ventajas que el Lobo Jujeño dio en defensa. En otros partidos, como ante Belgrano, cuando tuvo que marcar la diferencia la falta de profundidad de Instituto fue notable. Dejó claramente expuesto que ante rivales firmes en sus líneas de juego no puede romper esquemas y por esa situación perdió puntos importantes.
La Gloria se ilusiona en la seguridad de Carranza en el arco y en su defensa, la que llega al gol como en la noche del sábado cuando abrió el marcador por intermedio de Alarcón. Ezequiel Parnisari es siempre la figura porque tiene entrega y coraje, en muchas ocasiones es el hombre más peligroso en ofensiva. Cada vez que pisa el área contraria genera ocasiones de gol. Los laterales intercambian buenas y malas tanto cuando defienden como cuando deben trepar por la bandas. Roberto Bochi aporta en el medio juego, Rodríguez tiene destellos, Pombo lucha y los de adelante van al frente, pero les falta claridad en los últimos metros. No tienen el desequilibrio que debe tener la ofensiva de un equipo con aspiraciones a llegar a Primera División. Bovaglio trabaja en ese sentido sabiendo que quizás sea una de las carencias más notable de este Instituto que gana y golea cuando el rival es débil. Mazzola y Graciani están presentes, aunque son limitados.