Racing de Córdoba después de tres fechas volvió a sumar un punto al empatar de visitante ante Estudiantes de Caseros. Llevaba diez partidos sin victorias (5 empates y 5 derrotas), la soga del descenso en el cuello y para vivir necesitaba aire para poder respirar y mantener las esperanzas de que en algún momento los triunfos volverán. Por lo pronto sumó un punto de visitante y en la sequía de cosecha de puntos, un empate es un buen resultado.
Para la Academia cordobesa, que ahora tiene 19 unidades, este empate tiene mucho valor para la parte anímica y para las estadísticas porque los tres que están por debajo en esta fecha volvieron a perder; Tristán Suárez (16) cayó frente a Deportivo Madryn, Villa Dálmine (14) ante Chacarita Juniors y Chaco For Ever (13) con Independiente Rivadavia de Mendoza. Las esperanzas de salvación están intactas más allá que la producción futbolística fue pobre. Las derrotas han dejado serias consecuencias, persisten muchas dudas, las que se pueden percibir en algunas jugadas. El miedo a equivocarse hace que el equipo no arriesgue demasiado.
Con Estudiantes de Caseros, la Academia comenzó ganando por gol del marcador central Elías Calderón a los 9 minutos de la primera parte, pero la ventaja duró apenas otros nueve minutos porque la igualdad llegó a los 18 minutos por medio de Delfor Minervino. Después hubo pocas llegadas a los arcos, tres por cada lado, Estudiantes estuvo más cerca porque un delantero se perdió un gol casi debajo del arco.
En el equipo de Diego Pozo hubo síntomas de mejora, quizás el empate sea el primer paso para salir de la mala racha. Racing lo necesita con urgencia, pero ya no con desesperación.